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Capítulo 08.

—¿Alguna noticia? —fue la pregunta de Jungkook cuando vio entrar a la pareja.

—No, es como si la tierra se lo hubiera tragado —dijo Seokjin con pena.

Habían pasado dos meses enteros en los que nadie supo nada de Jimin desde el día que salió de la empresa, por más llamadas le hicieran, no contestaba.

Tal vez estaba muy ofendido y enojado, para recibir llamadas.

Lo extraño era que Jimin no había llamado a Changbin, el abogado que llevaba su caso para divorciarse oficialmente de Seonghwa y ponerle una denuncia, claro que muchos años le esperaban tras las rejas, pero el menor no había aparecido.

—No me voy a quedar tranquilo, tengo que encontrar a Minnie.

—Es mi culpa, Jungkook si yo-

—Lo es, claro que es tu culpa, porque no quisiste escucharlo y lo botaste sabiendo como estaban las cosas en su vida.

—Jungkook, suficiente.

—Tengo que buscarlo, porque la policía no hace nada.

—Quizá regresó con su familia —alentó Namjoon.

—¿En serio? —levantó una ceja—. Por que la madre de Jimin es una bruja que seguro lo regresaría con ese animal y su melliza está quien sabe dónde.

—No pierdas la esperanza, vamos a encontrarlo.

Jungkook solo pudo soltar una risa y salir de la oficina, desesperado y preocupado, necesitaba a Jimin, saber que él estaba bien, necesitaba tenerlo a su lado, protegerlo de todo y de todos.

Había ido a la casa donde supuestamente vivía y solo se encontró con una señora que le dijo que Jimin no estaba, no le creyó, así que fue día tras día, consiguió la orden de un abogado para revisar la casa y no habían rastros de él.

No había podido dormir bien en esos dos meses, lo llamaba interminables veces, pero él no contestaba, iba directo al buzón, temía lo peor, que quizá su pequeño ángel ya no estuviera vivo.

✧✦✧

Seonghwa caminaba directo a su casa, con una pequeña bolsa que había comprado en la farmacia, medicinas para su madre, estaba tranquilo, se le veía normal, pero tal vez demasiado normal, conociendo todo el historial que tenía.

—Madre, aquí están tus medicinas —dijo dejándolas sobre la mesa de la cocina.

—¿Trajiste lo otro?

—Si, iré a dárselos a Jimin —subió escaleras arriba.

El día que Jimin salió de la oficina, caminó con los ojos llorosos con dirección a su casa, ya no soportaba ningún tipo de situación, iba a buscar a su hermana, no importaba el tiempo o si se gastaba todo su sueldo.

Pero mientras caminaba un fuerte golpe en la cabeza hizo que perdiera el conocimiento.

Luego de eso, no había podido recuperar la conciencia correctamente, debido a que el monstruo de Park Seonghwa, le daba pastillas para dormir, en pocas palabras lo tenía como un maldito zombie.

Su madre era cómplice de todo eso, cuando su hijo lo trajo con una herida en la cabeza, la cara totalmente golpeada, sin conocimiento, decidió ayudarlo para que él no terminara en la cárcel.

Desde ese maldito momento, Seonghwa iba a la farmacia cada semana a comprar pastillas para dormir, se aprovechaba de él, tomándolo a la fuerza, sabiendo que no podía defenderse y ante el más mínimo movimiento o indicio de querer despertarse, volvía a golpearlo.

—Debes ir a trabajar, hijo —dijo su madre viéndolo.

—Vas a cuidar a mi esposo, ¿no es así?

—Si hijo, para que cuando se recupere él vuelva a tu lado —acaricio su mejilla—. Anda ve, no quiero que te despidan.

—Adiós madre, nos vemos en la noche.

Una vez que la anciana vio a su hijo salir por la puerta, subió como pudo hasta la habitación de su hijo, donde su yerno estaba acostado, con un gran moretón en el ojo, producto de un golpe del día anterior.

No podía permitir que su hijo siga haciéndole daño al muchacho, no podía permitir que su único hijo terminara encarcelado.

Como pudo, comenzó a vestir a su yerno, le puso uno de los muchos buzos que antes solía usar, tomó una mochila pequeña que tenía escondido en el armario y lentamente hizo que se levantara.

Jimin estaba medio dormido y atontado, solo sentía como era levantado, no tenía fuerzas en las piernas y se apoyó en lo único que encontró cerca, su suegra. No sabía a donde se iban o por donde caminaban, solo caminaba, hasta que por fin logró sentarse.

—¿Dónde estamos, señora?

—Te sentiste mal hace dos meses, llamaron a Seonghwa y él fue por ti, no sabemos que te pasó, pero hemos estado cuidándote.

—¿Cómo? N-No entiendo nada —susurró débilmente.

—Tú no quieres estar con mi hijo y lo entiendo, él se ha obsesionado contigo, pero creo que es hora de que tú seas feliz lejos de él —le entregó el celular en su mano—. Cuídate mucho.

La señora vio a su yerno por una última vez y caminó en dirección contraria, dejándolo sentado en un pequeño parque, lejos de su casa, donde sin saberlo había estado cautivo por dos meses.

Todo su cuerpo le dolía, la cabeza le reventaba, pero no pudo evitar que aquel aparatito en su mano comenzara a sonar.

—¿Hola? —susurró débilmente.

—¿Jimin? —la voz de Jungkook a través del celular sonaba sorprendida al escuchar su voz después de dos meses.

—¿J-Jungkook?

Precioso, ¿qué tienes? ¿Dónde estás?

—Y-Yo... no sé —susurró débilmente—. M-Me duele todo.

Okay Minnie, dime que ves a tu alrededor, por favor.

—Hay un parque... hay carros pasando, un supermercado —tosió—. S-Se llama "E-Mart".

Okay, quédate donde estás, voy por ti, tranquilo por favor —colgó.

Jungkook salió volando de su oficina, sin darle explicaciones a absolutamente nadie, tomó su auto y empezó a conducir, sin embargo; para su mala suerte, había tres supermercados en Seúl con el mismo nombre, pero no le importó, iba a encontrar a su pequeño y a ponerlo a salvo.

Con ayuda de Google Maps, pudo dar con el primer supermercado, iba a arrancar para la otra dirección, cuando vio como a un pequeño cuerpo que parecía zombie, con ropa extremadamente ancha, sin dudarlo un poco, bajó del auto acercándose a esa persona.

—¿Jimin?

—¿Jungkook? —susurró débilmente, tambaleándose sobre su cuerpo pese a estar sentado.

—Mierda, ven cariño —puso la mochila sobre su hombro y lo cargó hasta el auto—. ¿Qué te sucedió?

Se quedó en silencio, jadeando suavemente de dolor.

Jungkook suspiró y empezó a conducir hasta el hospital, mirando de reojo a Jimin, quien dormía y despertaba, sin tener control sobre sí mismo.

Ni bien llegaron a una clínica privada, Jeon cargó a Park entre sus brazos, entrando con desesperación por la sala de emergencias. Las enfermeras al ver la situación, dejaron al menor en una camilla, entrándolo.

El alto tomó su celular y llamó a su primer contacto.

—Nam —habló agitado.

Jungkook, ¿qué sucede? —habló preocupado al escuchar su tono de voz.

—Jimin apareció, pero está en muy mal estado, por favor ven con Changbin, pero vengan ya.

Okay, ahora mismo voy, supongo que están en la clínica "Medil Flower".

—Si, ahí estamos.

En 5 minutos salgo para allá.

La furia de Jungkook era verdaderamente palpable, habían lastimado a la persona que amaba, no podía olvidar como encontró a Jimin, casi sin conciencia, débil, delgado y totalmente golpeado.

Quiso llorar, estaba frustrado, nunca se había sentido así, pero justo ahora, se sentía así.

Esperó varios minutos hasta que Changbin apareció con Namjoon y Seokjin.

—¿Dónde está? —preguntó el menor.

—Aún no salen a decirme nada, no sé.

—¿Cómo lo encontraste Jungkook? —fue la pregunta de Changbin.

—Lo llamé como todos los días y esta vez me contestó, estaba mal, sonaba muy mal, no estaba consiente, parecía un zombie, estaba golpeado. ¡Dios!

—Fue Seonghwa, tenemos que denunciarlo.

—Es lo que haremos, no se preocupen —Changbin suspiró.

Una doctora, salió de uno de los consultorios, con una carpeta en su mano, buscando con la mirada a alguien.

—¿Familiares de Park Jimin?

—Yo —habló con rapidez el alto.

—Bien —se puso sus lentes y leyó la carpeta—. El joven Park se encuentra bien, estaba muy deshidratado y desnutrido, pero ya nos encargamos de eso, por suerte.

—¿Se sabe lo que le pasó? —esta vez fue Seokjin.

—Le hicimos estudios, él presenta señales de maltrato y violación, sin mencionar que consumió una gran cantidad de drogas.

—¿Podemos verlo?

—Solo una persona —dijo la doctora.

—Yo voy a entrar, necesito hablar con él, necesito-

—Entendemos Jungkook, tranquilo, entra —Changbin le sonrió.

El pelinegro siguió a la doctora, pero sintió un poco de temor cuando se acercaron a la habitación donde estaba siendo atendido.

—Debo advertirle que puede seguir un poco desorientado por la droga que se encontró en su cuerpo, pero es normal, esos efectos pasarán.

Asintió suavemente.

—Minnie —se acercó a él y tomó su mano.

—¿Jungkook? —tomó su mano débilmente, removiéndose en la cama—. ¿Qué me pasó?

—Tranquilo, la doctora no quiere que te esfuerces, poco a poco vas a recordar lo que pasó.

—Tengo mucho sueño...

—No te preocupes, duerme, yo voy a estar contigo para cuidarte y no dejar que nada malo te pase.

La sonrisa de Jungkook fue bastante tranquilizadora, los toques suaves en sus delgadas manos le hicieron saber que estaba a salvo, no estaba seguro de donde estaba o lo que pasaba, pero sabía que, si el pelinegro estaba ahí, nada malo iba a pasarle.

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